Mi novia quiere salvar el planeta
Es por eso que hoy, entrando al súper, se acordó de las bolsas que compramos en el mercado, unas tejidas, resistentes, para usar repetidas veces, con asa reforzada, "uff para largo señorita, y aguantan un chingo de peso", lo malo para mí es que sólo tenían en colores fucsias y rosaditas, nada más les faltaban las jodidas florecitas.
- Mi amor me olvidé las bolsas en el auto, ¿quieres que vaya yo por ellas? - me dice Claudia.
- Claro que no, voy yo.
- Es que para que no te de verguenza.
- ¿Verguenza de qué?
Muchas veces por amor me hago el cojudo. Así que voy al estacionamiento y saco las bolsas del carro, mientras ella me espera en la sección de frutas del súper. Maldita sea, con mis bolsas de mercado caminando por el estacionamiento, la gente que me mira debe de pensar que soy toda una señora.
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Lo de la basura es otra historia. Claudia ha decidido separar en dos tachos lo orgánico de lo inorgánico, y me lo explica mientras yo la observo moviendo afirmativamente la cabeza.
- Este que es vidrio, va en el tacho azul INORGÁNICO, los frijoles que nunca te comiste en el tacho blanco ORGÁNICO.
- ¿Y el periódico?
- Mi amor, te dije que ése va en una bolsa aparte.
- Ah cierto - digo sí sí moviendo la cabeza.
La lección sobre reciclaje empezó hace 3 días, hoy pasa el camión de la basura. Oigo acercarse el tin-tin metálico del triángulo, salgo a la pista con los dos tachos, encima de uno de ellos la bolsa con los periódicos viejos. Uno de los basureros da un salto del camión en movimiento y con la misma rapidez arroja el contenido de ambos tachos y la bolsa de periódicos dentro del camión.
- Oiga maestro ¿no va separado lo INORGÁNICO de lo ORGÁNICO? - le pregunto.
- ¿Qué chingada es eso?
Cuando me disponía a explicarle los principios de salvemos el planeta, el hombre ya había trepado de un salto al camión y se encontraba a media cuadra de mi puerta, haciendo sonar nuevamente el triángulo.
- ¿Mi amor cómo te fue con la basura? - me pregunta Claudia en la noche mientras se acuesta en la cama.
- Todo bien.
Me besa contenta y se echa a dormir. Hoy se me rompería el corazón si le dijera lo que en realidad pasó. Ella quiere salvar el planeta, y en sus sueños no cuenta ovejas sino delfines, gaviotas, focas, tortugas, todos los seres que gracias a ella saltan la cerca de la polución.